Perezoso Maestro del Calabozo – Capítulo 036

Comprando un esclavo

 

Cuando llegamos al gremio de aventureros, la recepcionista usual, era… ¿Siliana? Estaba sentada tras el mostrador.
El portero dijo que estaba preocupada por nosotros, pero…

—Tch, ¿dónde han estado?

¿Eeeeh? Esto es un poco diferente a la «preocupación» que yo conozco.
No tenía ninguno de esos sentimientos buenos después de todo. No, ¿tal vez sea una tsundere1?

—Ah, tuve cosas que hacer afuera, entonces…
—Bueno, ¿qué esperaban? No pueden aceptar esa comisión de calabozo de rango F que vino hace un rato, ¿saben?

Incidentalmente, parecía que Haku hábilmente ordenó esa comisión antes de la batalla de calabozos.
Me pregunto si era capaz de reportar que la comisión aceptada en Sia era completada en la capital imperial. Más bien, a pesar de que sea excesivo viniendo de alguien con influencia, parece que preparó el [Sin Anormalidades] para que sea reportado de antemano. Entonces sí tenía tiempo de sobra, eh.

—Ah, ahora que lo recuerdo, ¿qué pasó de mi comisión designada?
—…Sigue ahí. Pero sigue siendo una comisión de rango G, ¿la aceptarás?
—Sí, por favor… ah, ¿no sabes dónde se venden esclavos?

Estaría más o menos aliviado si el gremio de aventureros me recomendase uno. No son pocos los aventureros que hacen uso de esclavos.
Ellos deberían definitivamente conocer un buen lugar.

—¿Esclavos para…?
—Varias cosas. Mejor si tienen experiencia… ah, todas deben ser mujeres.

Era un pedido de Haku, tener hombres no sería nada bueno.
… En realidad ni siquiera me quiere a mí cerca de Rokuko.
Bueno, es la intención de este junior seguir las inclinaciones de Su Excelentísima, la Patrocinadora. Claro, no quiero hacer un harén. No estoy realmente interesado en la juerga. No quiero bellas esclavas con pies hermosos. Lame lame~. Ups, eso se me escapó.

—…Si ese es el caso, el [Negocio de Esclavos de Grapher] puede que te sirva. Lo recomiendo al punto que no quiero referirte al lugar. Ir tras el anochecer es lo mejor.
—Gracias, iremos a limpiar baños.

La oí chasquear la lengua, pero lo ignoré.
Aún, la recompensa por dos de mis comisiones nominadas eran veinte de cobre.
Bueno, esta vez traje cien monedas de plata como dinero de bolsillo, pero nos costó mucho hacer que nos designen estas comisiones. Usé [Limpieza], y fui al parque a dormir mientras Carne se quedaba cerca… No, recolecté información. La información que obtuve decía que la [Almohada Celestial] en la banca era suprema.
No volví tarde esta vez porque le ordené al golem ropa traerme de vuelta.

Cuando las dos limpiezas de baño terminaron al atardecer, era la hora perfecta.
Como el gremio habrá de estar abarrotado a esta hora, volveré a reportar las comisiones como completadas apenas termine de comprar esclavos.
Así que fui a la tienda de esclavos de Grapher… sep, es un edificio espléndidamente ordinario.

—…El lugar donde yo estaba era muy diferente.

Aparte, había una Tienda de Esclavos Oscura en los barrios bajos. Parece que Carne fue vendida de ahí.
… Bueno, fue el bandido quien compró los esclavos.

Conduje a Carne adentro ya que no había nada que hacer afuera aparte de estar parado.
Ahora bien, hora de ir de compras.

 

*

 

—Bienvenidos. ¿Tienen asuntos aquí hoy?
—Sí, quiero un esclavo.
—Entiendo, no hay esclavos que no podamos conseguir.

Cuando dije que vine recomendado por el gremio, el gerente mismo de la tienda, Grapher, vino a verme, dándome su sonrisa de negocios.
Era muy decente y mercantil, pero eso probablemente sea porque esto es en el medio de la ciudad.

—Entonces, ¿qué tipo de esclavos desean comprar?
—Hmm, primero de todo, que sus pies sean lindos, y que sea mujer… que sea lista con muchas cosas sería bueno.
—Ya veo… ¿Y su presupuesto es…?
—Hmm, no conozco el precio del mercado actual. De paso, ¿cuánto cree que cueste ésta?

Le mostré a Carne para que vea cuánto valía.
Carne se irguió con entusiasmo para poder incrementar su valor, aunque sea un poquito.

—…Ya veo, aunque es una niña-bestia, está bien cuidada y parece ser bien disciplinada… hmmm, ¿Sabe leer? ¿Escribir? ¿Hacer cálculos? ¿Tiene habilidades particulares?
—Puede leer, escribir y hacer cálculos simples. En cuanto a las habilidades… no tiene ninguna.

Más o menos, hizo que Carne practicara algunas cosas.
En realidad, ella había aprendido magia de clase baja de todos los atributos uno por uno, hasta [Almacén]. Sin embargo, si dijera eso su precio se dispararía y no podría usarla de referencia.
Hace poco aprendió las tablas de multiplicación.

El comerciante de esclavos estaba doblando sus dedos en un extraño gesto… No, ¿estaba calculando con su mano? En vez de doblar sus dedos, estaba levantándolos a medias. Finalmente alzó su meñique, indicando que su cálculo había terminado.
(Ya había oído de contar usando los dedos antes, desde el pulgar, era: un cobre, diez cobres, una plata, diez platas, y un oro, en ese orden. Era una manera de calcular que hacía de tu mano un ábaco, parecía una habilidad técnica de mercader. Los aprendices probablemente lo aprendían por ver a la gente hacerlo todo el tiempo.)

—Si es como ella… sería una moneda de oro. Destinada a comerciantes y aristócratas.

… ¿Dinero, o tesoro? Veamos, si un cobre es cien yenes, cien veces cien… ¿un millón yenes?
Vaya, me topé con algo asombroso, aunque probablemente sea muy barato si pienso en ello como el precio de una persona…

—Diez de oro no habrían bastado si fuese humana. No me sorprendería que se volviese encantadora en el futuro. ¿Entonces? ¿Aceptarás uno de oro por ella? No me importaría añadir un poco más.
—No, no quiero vender a mi Carne.
—Hoh… por supuesto.

Yo, quien era capaz de reconfirmar el valor de Carne, le acaricié la cabeza, alabándola.
Al ver eso, en la cara del gerente se asomó una mirada de admiración.

—Hmm, puede que nuestro inventario ahora mismo no sea capaz de cumplir con su discernimiento. Como es de esperarse, los años van pasando… tenemos jovencitas de alrededor de dieciocho años. Tenemos más jóvenes, pero todavía son indignas y no han sido entrenadas…
—No, está bien. No quiero niñitas esclavas.

¿Eh, qué? ¿Parezco un lolicon?

—Ah, perdóneme, fui grosero. Entonces hablemos un poco más, deme algunos detalles. Me gustaría saber cómo planea usarlas lo más detalladamente posible.
—Conque así… Primero, no necesitan habilidades especiales ya que solo estarán haciendo quehaceres. Mujeres, de edad adulta. Mientras más barato mejor. El presupuesto es alrededor de noventa y nueve monedas de plata como máximo.
—También desea que tengan pies bellos, ¿sí?

Parece que lo recordó. Este gerente estaba haciendo su trabajo.

—Hmm, entonces desea esclavos para tareas rutinarias. Si quieres más barato, entonces no-humanas… Déjame mostrarte algunas candidatas para que elijas.

Tras haber dicho eso, el gerente se levantó de su asiento, volviendo al cabo de un rato.
Trajo consigo cuatro a mujeres. Probablemente eran todas esclavas, como estaban llevando collares… Sep, ¿no tienen todas acaso unos pies fantásticos? Maravilloso.

—Hmm, ¿son estas de su gusto? …Desde esta de aquí, son ochenta de plata, cien, noventa, y sesenta.

…Había una con un precio más alto del presupuesto que le dije que tenía, definitivamente éste era un comerciante. Predije esto y respondí con un poco menos de mi presupuesto real, pero parece que él también anticipó esto.
Bueno, en orden desde la que costaba ochenta estaba la mujer-bestia con orejas de oso, una con orejas de zorro y buen pelaje, una elfa atractiva, y una humana. Miré a cada una para discernirlas

—¿Hm? ¿Por qué es esta tan barata a tan solo sesenta? Es más, a juzgar por su apariencia, es humana.
—Ah, bueno, qué decir… tiene… ¿un pasado interesante? Como las querías baratas, inmediatamente la saqué. ¿Debería retirarla?
—Me interesa oír su historia.

Poniéndolo de manera simple:

No era capaz de pagar una deuda que contrajo apostando y terminó siendo esclava.
Fue retornada por su último amo.

Es lo que me contó… El comerciante la vendió como un plato delicioso, pero fue devuelta al día siguiente por morder «esa parte» de la mitad inferior de su amo. La persona mordida respondió «Es muy mala, devuélvanme mi dinero».
Aún, parece que su cosa importante, que volvió a crecer gracias a la magia de recuperación, era inadecuada.

—Pensé que los esclavos no podían herir a sus amos.
—Puede hacerse bajo ciertas circunstancias. En lugar de un amo, ella seriamente lo reconoció como un plato de comida servido para ella. Por supuesto el collar operó correctamente después… La razón por la que comió a su maestro en primer lugar fue que pasaron varias cosas, y él se lo presentó diciendo: «Oye, traga». Tenemos la seguridad, de que el contrato funciona propiamente.

Ah, entonces él mismo le dio el permiso. No había caso.

—…Habiendo dicho eso, sólo por contar su historia, no la he vendido… Pagué su renta, pero no he sido capaz de deshacerme de ella… No hay problemas con su apariencia, así que fue mi error. Quiero reducir mi déficit, aunque sea un poco… así que, ¿qué dice? Es una ganga.
—Ya veo.

Ciertamente estaba bien proporcionada, los lugares que se curvaban hacia adentro, se curvaban hacia adentro; y los lugares que se curvaban hacia afuera, se curvaban hacia afuera. Su cabello era ligeramente rojizo rubio; no tengo quejas de su apariencia. Bueno, no me quejaría mientras sus pies estuviesen buenos. Además, que sea grande puede que no sea malo, considerando que será la recepcionista de la posada.
No hay problema mientras no me muerda. Solo necesito ser cuidadoso.

—Me gustaría preguntárselo a ella misma. Así que, ¿qué dices?
—Cómprame y dame cosas deliciosas pa’ coméi. No me llevéi a casa pa’ sacar algo feo y decirme que lo coma ¿ya? Quiero coméi pa’ llenar mi barriga, no me importa qué sea la cosa deliciosa ¿lo entiendei? Por lo menos llena mi e’tómago con comida buena incluso si ere’ un enemigo ¿sí?2

Esa es una actitud seria para un esclavo, oi.

—Las comidas son más importante que la vida. No me importa morir si e’ por comida.
—Ya veo, ya veo.

Yo haría lo que sea por dormir, ella incluso se jacta de que no le importaría morir por sus tres grandes deseos. Sep, me gusta mucho. Nada mal. Además, se siente como un buen negocio.

—Carne, ¿tú que piensas? No creo que esté mal.
—Nuestras comidas son deliciosas, así que creo que está bien.
—¡Heeeh, seh! ¿Me daréi comida deliciosa?

La esclava con una historia interesante interrumpió sin que se le haya hablado. Probablemente debido a que su collar le apretujó un poco, dejó salir un pequeño sonido de atragantamiento. ¿Las comidas son así de importantes?

—¿¡En serio!? Te lo arranco de un mordisco si me e’tái vacilando. Mi maldición con la comida e’ de terror.
—Sí, lo prometo. A cambio, ¿trabajarás diligentemente?
—¡Pue’ claro! Oye oye oye, dijiste que les daríai un precio especial, ¿no e’ así? Grapheeeeer. ¿Cierto? ¿Lo bajaríai a cuarenta y cinco de plata no e’ así?
—¡Oye, estás diciendo demasiado-! Ah… emm, cliente, esto es, em-

 

 

Habló incoherentemente. Parecía ser realmente una niña problemática.
Pero, no estaba mal tampoco. Supuso que la compraríamos, así que nos ayudó en el regateo. Ella incluso sabía su precio mínimo.
Eso pudo haber sido obra del comerciante gracias a su entrenamiento en negocios, pero incluso en ese caso su actuación no estaba mal.

—Ah, bueno, cincuenta de plata está bien por mí.
—… …Gracias.

Realmente era una ganga, así que añadí cinco monedas como propina.

 

 

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  1. Tsundere (ツンデレ) es un término japonés utilizado para describir a una persona cuyo comportamiento inicial es grosero, reservado e incluso hostil, pero que gradualmente se transforma en alguien cálido, sensible y amigable. La palabra es una derivación de los términos tsun tsun (ツンツン), que significa «apartarse con disgusto», y dere dere (デレデレ), que significa «volverse cariñoso».
  2. Utiliza acento de Kansai, el cual puede traducirse liberalmente como una especie de acento caribeño para los hispanohablantes. El autor dijo que este personaje habla intencionalmente con acento falso, por ello es mucho más marcado de lo que debería ser.
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